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Imposible construir y alquilar en Salta: los precios están por las nubes

Los precios de los materiales de la construcción aumentaron un 52% durante el primer semestre. Jan Touzeau

Cualquiera de las dos vías para tener un techo se hace cuesta arriba en la Provincia. El déficit habitacional afecta a los sectores de ingresos medios y bajos.

Para una gran porción de la población salteña, el déficit habitacional es una realidad cada vez más catastrófica. Los costos para construir viviendas están por las nubes, no hay posibilidad de créditos hipotecarios. Pretender alquilar una propiedad es una misión imposible y si una familia tiene la suerte de ser inquilina debe afrontar una renta estrafalaria. Esto, por supuesto, afecta a los sectores de ingresos medios y bajos. Por otro lado, los indicadores de la construcción, como el de empleo y superficie permisada para edificar, siguen en una curva de crecimiento, lo que marca una situación paralela, motorizada, sobre todo, por la minería y el turismo.

De acuerdo a la última estimación del Consejo Profesional de Agrimensores, Ingenieros y Profesiones Afines (Copaipa), para construir una vivienda tipo Fonavi, de 44 metros cuadrados, se necesitaron unos $9 millones en abril pasado. En ese cálculo, el metro cuadrado tenía un precio de $206.688. Comparado con el mismo mes de 2022, el costo del m2 aumentó un 111%, casi a la par de la inflación general de precios, aunque la perspectiva cambia si se tiene en cuenta que el valor subió más de $100 mil en un año. Son muy pocos los salarios que tuvieron ese salto.

En un reciente informe de El Tribuno, se reveló, con datos intercensales, que en los últimos 11 años la provincia sumó cerca de 163.000 nuevas viviendas, fundamentalmente por grandes desarrollos inmobiliarios del sector privado y por pequeñas obras que encararon particulares en diversos barrios y villas con los medios y recursos a su alcance.

Asimismo, según los planos que se presentaron para su visado en el Copaipa se evidencia que la participación estatal, a través de viviendas sociales, representó menos del 10% en el total de las construcciones en Salta.

"Cuando hablamos de déficit habitacional, a nosotros nos interesa remarcar la calidad de las viviendas. Lamentablemente, en Salta pasan las dos cosas, hay déficit tanto de cantidad como de calidad de viviendas", dijo ayer la presidenta del Copaipa, Marianela Ibarra, en Radio Salta.

El precio del m2 estimado tanto por el Copaipa como por el Colegio de Arquitectos de Salta guarda relación con las estimaciones que manejan, en general, los desarrolladores urbanistas, quienes para evitar las engorrosas actualizaciones que impone la economía nacional fijan los valores en dólares, pero los que rigen en el mercado paralelo. Es, en rigor, la moneda del rubro inmobiliario en la Argentina desde hace décadas. Así, distintas fuentes del sector consultadas por este diario dieron cuenta que el metro cuadrado cuesta entre US$450 a US$600 (en dólar blue), según la calidad de los materiales y la obra.

Datos de la construcción

La mano de obra que demanda la minería en la parte de edificación de los proyectos de litio y los nuevos desarrollos urbanísticos explican que los datos de empleo en la construcción aumenten mes a mes en Salta. Según el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), Salta contaba en abril pasado con 12.125 trabajadores formales en la actividad. Fue un máximo histórico de obreros registrados y representó un incremento interanual del 45%. Ese mes fue la provincia con más crecimiento laboral en el rubro.

Del mismo modo, en mayo (último registro del Ieric) había 383 empresas constructoras y subcontratistas en Salta, que fueron 40 más que un año atrás. Otro dato que habla del presente del sector es la superficie permisada para construir que revela el Indec. Según esa información, en la capital salteña aumentaron un 16% los permisos para edificar en febrero, con relación a igual mes del año pasado.

Venta y turismo

El mercado inmobiliario salteño comenzó a activarse luego de casi tres años en los que las transacciones de propiedades estuvieron en niveles históricos bajos, según explicaron a El Tribuno distintos actores del sector. El resurgimiento, aunque todavía paulatino, se explica sobre todo porque los ahorristas o inversores empezaron a ver como un buen negocio adquirir departamentos para destinarlos a alquileres temporarios para turistas. También hay movimiento en la compra de lotes en nuevos desarrollos urbanos, pero es mucho menor que en años anteriores por las limitaciones en los servicios básicos que surgieron en esos lugares.

La situación de los alquileres para residencia van en dirección opuesta: sigue la alta demanda y escasa oferta en ese segmento (lo que lleva a precios exorbitantes de alquileres) y ya no existen compras de casas que tengan otro destino que la renta para el turismo.

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