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Provinciales

Recibió una descarga eléctrica en la calle y nadie da respuestas

Recibió una descarga eléctrica en la calle y nadie da respuestas

Una joven fue salvada por un policía que pasaba. El poste electrificado la “chupó”. A cuatro meses, no puede trabajar.

Pasaron cuatro meses desde aquel episodio que casi le cuesta la vida y todavía no encuentra a los responsables. Agustina Moya terminó por denunciar a Edesa, responsable del tendido eléctrico público, porque reclama que el domingo 24 de febrero estuvo a punto de morir electrocutada en la calle 9 de Julio de Rosario de Lerma cuando un poste de iluminación le propino una fuerte descarga. Pasaron los meses y al joven oriunda de Cerrillos, sigue yendo a cuanto médico le recomiendan para calmar sus dolencias físicas y sicológicas dejadas en su humanidad por el tremendo impacto de la corriente. Ese día perdió el conocimiento.

Este miércoles en sede de la fiscalía de Rosario de Lerma, Agustina se presentó junto a su madre a la convocatoria judicial por este caso. La empresa prestataria privada no se hizo presente. "No entiendo a quién poder reclamar sobre lo que me pasó en Rosario de Lerma. Fueron varios minutos de zozobra y miedo. Pensaba que me moría esa tarde. Han pasado varios meses, y nadie se hace responsable", detalla su padecimiento la joven.

Hoy sigue sufriendo de cefaleas incontrolables, dolores en su pierna izquierda y en los brazos. Todavía no pudo conciliar el sueño. "Es un tormento cada día que quiero hacer algo y no puedo, me duelen mis piernas y la cabeza", cuenta Moya.

No tiene obra social, y tuvo que dejar de trabajar por las secuelas dejadas en aquel incidente desafortunado. "Los médicos y los exámenes me los costea mi mamá. Pero otros estudios de mayor complejidad todavía no me los realizo por falta de dinero", cuenta.

Agustina dice que ese día fue a un baile de carnaval con sus amigos. Desde esa fecha su vida ha cambiada rotundamente. "Quiero estar bien. Pude haber muerto. Fue la valentía de un policía que estaba de franco que me salvó de esa descarga. Estaba muriendo electrocutada". Desde la comuna advirtieron que el tendido eléctrico se había "pegado" a un poste de metal. Con el agua inundando las calles, el campo electrificado había "chupado" a Agustina y sus amigos cuando pasaban por esa cuadra.

Un domingo de carnaval

Agustina caminaba por una vereda de la calle 9 de Julio, cuando un poste del alumbrado público le propinó una descarga eléctrica a ella y a dos de sus amigos.

Sus compañeros pudieron zafar del golpe de corriente, pero Agustina quedó prendida por el tobillo de su pierna izquierda. De no ser por la valiente acción del policía Javier Maita, que atinó a "despegarla" con una madera, la joven hubiese fallecido. Ella y sus amigos habían salido de la carpa del Club Olimpia Oriental a las 22 porque el baile se había suspendido por la lluvia.

Cuando se aprestaba a llegar a la parada del colectivo, por la calle 9 de Julio, a escasas dos cuadras de la plaza principal, un poste del alumbrado público absorbió a la joven. Una patrulla policial había llegado al lugar, pero sin entender hasta hoy, esos policías jamás se bajaron a auxiliarla.

Después de 4 meses, Agustina sigue agradeciendo a Javier Maita, quien se bajó de su auto para salvarla y utilizó una tabla de madera para desprenderla de la descarga mortal.

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