Durante la campaña electoral, el intendente prometió un cambio profundo para Campo Quijano, envuelto en el lema “Quijanizate” . Este eslogan, cargado de sentido de pertenencia y compromiso con la comunidad, despertó la esperanza de los vecinos.
Se hablaba de transparencia, inclusión y desarrollo local como ejes fundamentales de su gestión. Sin embargo, a un año de gobierno, la realidad dista mucho de las expectativas.
El nepotismo ha alcanzado niveles preocupantes. Hoy, la municipalidad está ocupada por familiares, amigos cercanos y compromisos políticos del intendente, en una muestra de favoritismo que contradice sus promesas de meritocracia y transparencia. Para agravar la situación, muchos de estos empleados ni siquiera son oriundos de Campo Quijano, aunque algunos han establecido domicilios locales para justificar su vínculo con el municipio. Mientras tanto, los vecinos que lo apoyaron durante la campaña se sienten traicionados y relegados.
La ciudadanía, que esperaba una gestión participativa y cercana, se enfrenta además a un muro de opacidad. Aunque el intendente aseguró que sería transparente y estaría disponible para los medios de comunicación, su presencia y la de sus funcionarios se limitan a un único medio local, lo que restringe la diversidad de voces y perspectivas en el debate público. Este comportamiento no solo contrasta con la promesa de apertura, sino que también genera dudas sobre la voluntad real de rendir cuentas ante la comunidad.
El “Quijanizate” se ha transformado en una consigna vacía, un recordatorio irónico de todo lo que no se ha cumplido. Los quijaneños esperaban una administración comprometida con su pueblo, que fomentara el empleo y el desarrollo desde adentro, y que priorizara la inclusión de sus propios habitantes en el gobierno municipal. Sin embargo, lo que han recibido es una gestión que favorece intereses personales y excluye a quienes, con su voto y trabajo, la hicieron posible.
El intendente aún está a tiempo de rectificar. Transparentar la gestión, abrirse a todos los medios de comunicación y priorizar a los quijaneños en las decisiones clave son pasos esenciales para recuperar la confianza de la comunidad.
Campo Quijano necesita un liderazgo coherente y comprometido, que esté a la altura de sus promesas y del orgullo de su gente.
El pueblo exige hechos, no palabras. Porque, al final, “Quijanizate” debería ser más que un eslogan: debería ser un acto de justicia y respeto hacia todos los quijaneños.
Video : En Casa de la Cultura, el Ing. Lino Fernando Yonar juró hoy asumir su mandato como intendente del Municipio de Campo Quijano.