A más de un año y medio de haber asumido la intendencia, Lino Fernando Yonar rompió el silencio sobre el destino de la Cápsula del Tiempo colocada en la glorieta de la Plaza Martín Fierro en julio de 2021. Lo hizo a través de un video en vivo, en el que mostró los restos deteriorados del contenido histórico que debía preservarse para las generaciones futuras.
Documentos, fotografías, libros recopilatorios, carnets, firmas de referentes de la comunidad y otros objetos de valor simbólico se encontraron dañados por completo, producto de un sellado deficiente que permitió la filtración de agua y barro. El hallazgo se dio en el marco de las obras de «modernización» que se llevan a cabo en la emblemática plaza del pueblo.
«Las cosas están a resguardo en intendencia, no se tiró nada», afirmó Yonar, y agregó: «El viernes pueden venir a ver su estado». También anunció la colocación de una nueva cápsula, esta vez «de manera correcta», e invitó a los vecinos a sumar objetos para ella.
¿Dónde están los documentos oficiales?
A partir de este hallazgo, surgen serias dudas sobre la legalidad, el resguardo y el tratamiento institucional de la cápsula original. ¿Se labró un acta oficial durante la gestión del exintendente Carlos Folloni al momento de sellarla? ¿Quedó asentado qué objetos se depositaron, quiénes participaron, y bajo qué condiciones serían abiertos dentro de 100 años?
Más aún: ¿quién es legalmente el depositario de esos objetos? ¿Pasan a ser propiedad del municipio? ¿De sus dueños originales? ¿Del Estado en representación de la comunidad? ¿Puede cualquier gestión municipal decidir exponerlos, redistribuirlos o reubicarlos sin un procedimiento legal?
¿La gestión actual buscara revisar los actos administrativos realizados en torno a la cápsula durante el gobierno anterior, con el fin de establecer si hubo algún tipo de error, omisión o negligencia?. ¿Con base en eso, el intendente Yonar decidiría cómo proceder en relación con el contenido encontrado: qué hacer, cómo conservarlo y si corresponde o no restituirlo a quienes lo hayan donado.?
Pero esto plantea una nueva inquietud: ¿es tan fácil devolver los objetos dañados sin un respaldo jurídico ni un protocolo de restitución patrimonial? Si no existió acta, inventario ni decreto, ¿cómo se sabrá con precisión qué había dentro de la cápsula? ¿Y cómo se evitará que hechos similares ocurran en el futuro?
Responsabilidades compartidas
Cabe recordar que, en el momento en que se colocó la cápsula, Yonar era diputado provincial y estuvo presente en el acto. Como ingeniero, muchos vecinos se preguntan por qué no advirtió públicamente que el lugar elegido —en la glorieta— no era adecuado desde el punto de vista técnico para asegurar su conservación por cien años.
Hoy, ya como intendente, Yonar no puede esquivar su cuota de responsabilidad. La cápsula fue retirada durante su gestión, pero sin comunicación clara a la comunidad. Y aunque el deterioro comenzó con un mal sellado, la falta de preservación, supervisión y transparencia agrava la situación.
Una cápsula nueva… ¿con los mismos errores?
El municipio anunció que en la plaza habrá un nuevo espacio para colocar otra cápsula del tiempo, esta vez «bien hecha». Sin embargo, el proyecto final de reforma aún no fue socializado, y hasta el momento no hay información oficial sobre qué medidas se tomarán para asegurar que la nueva cápsula tenga respaldo legal, inventario, participación comunitaria y condiciones técnicas adecuadas.
Por ahora, la cápsula que debía conservar la memoria de Campo Quijano terminó convertida en un símbolo de descuido institucional. Y la promesa de preservar la historia, aún sigue esperando.