Este 31 de julio se cumple el 75° aniversario del fallecimiento del Ingeniero Richard Fontaine Maury, el visionario detrás del Ramal C-14, más conocido como el Tren a las Nubes, una de las obras más emblemáticas de la ingeniería ferroviaria argentina.
Nacido el 18 de diciembre de 1882 en Filadelfia (EE.UU.), Maury llegó a la Argentina en 1906. Solo tenía 40 años cuando fue designado para liderar la construcción del desafiante trazado ferroviario que une Salta con la puna salteña, superando los 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar.
Su talento y precisión para proyectar en zonas montañosas lo convirtieron en una figura clave del desarrollo de la infraestructura nacional. A pesar de haber sido desplazado injustamente en 1930, fue reincorporado más tarde y continuó dejando huella en obras de Tucumán, Mendoza, San Luis y el norte del país.
Murió en 1950, en la pobreza, pero con el respeto de sus colegas y el legado de una obra monumental. «Fue uno de esos genios humildes, capaces de entregarlo todo sin pedir nada», lo definió el Ing. Anacleto Tobar.
Desde 1957, sus restos descansan al pie del monolito que se levantó en Campo Quijano, junto a las vías del Tren Trasandino del Norte.
Hoy, su memoria revive con fuerza en cada silbido del tren que surca los Andes, como símbolo de esfuerzo, visión y entrega.






Fuente: APDFA Línea Roca, con aportes de Alberto Diéguez (Seccional Rosario de APDFA).