El intendente Lino Yonar envió al Concejo Deliberante de Campo Quijano una nota fechada el 31 de octubre de 2025, en la que solicita una prórroga para presentar el proyecto de Presupuesto 2026, que debía ingresar antes de esa fecha según las normas municipales.
Mientras tanto, el Ejecutivo continúa administrando con el presupuesto prorrogado del año 2023, ya que el Presupuesto 2025 aún no fue aprobado.
La situación genera preocupación institucional y política, porque el municipio lleva dos años sin presupuesto actualizado, lo que impide reflejar la inflación, las nuevas prioridades de gestión y el verdadero nivel de ingresos y gastos.
En paralelo, el Ejecutivo remitió los informes de ejecución presupuestaria correspondientes al primer y segundo trimestre de 2025, donde se observan importantes diferencias entre lo presupuestado y lo efectivamente recaudado, según explicó el exconcejal Ariel Gallardo en diálogo con Radio Quijano.
Gallardo detalló que los tributos municipales muestran una recaudación muy superior a la prevista en el proyecto de presupuesto 2025:
- El impuesto automotor en la Cuenta General 2024 fue de $177 millones, mientras que el Presupuesto 2025 estima solo $143 millones.
La Ejecución Presupuestaria del segundo trimestre de 2025 ya registra $62 millones, lo que proyectado al cierre del año podría alcanzar $250 millones. - En el impuesto inmobiliario, la Cuenta General 2024 registró $54 millones, y el Presupuesto 2025 prevé apenas $47 millones, aunque en el primer semestre ya se recaudaron $48 millones, lo que podría cerrar en $200 millones.
- En la tasa de higiene y limpieza, los números también son llamativos: $74 millones en 2024, $64 millones presupuestados para 2025, y una ejecución de $65 millones al segundo trimestre, lo que proyectado superaría los $250 millones anuales.
“El municipio recauda más de lo que presupuesta. No se trata de un simple error, sino de una subestimación que afecta la transparencia del manejo de los fondos públicos”, señaló Gallardo.
“Y no solo se trata de que se subpresupuestan los ingresos, sino que tampoco se sabe cuál es el destino del excedente de la recaudación de las tasas e impuestos que pagan los contribuyentes”, agregó.
El exconcejal también recordó que el Ejecutivo no envió al Concejo las altas y bajas del personal municipal, lo que impide conocer la evolución de la planta de empleados y el gasto salarial.
Además, según el informe del primer semestre, la Provincia transfirió $145 millones al municipio en el marco del convenio con el Ministerio de Educación para refacciones escolares, pero el Ejecutivo solo ejecutó $97 millones, lo que deja fondos sin utilizar o sin rendir públicamente.
Preocupación institucional
Si el Concejo Deliberante aprueba la prórroga solicitada por el Ejecutivo, el intendente tendrá más tiempo para presentar el Presupuesto 2026, pero Campo Quijano seguirá funcionando con el presupuesto prorrogado de 2023, sin debate ni actualización.
Aunque la medida evita un vacío administrativo, prolonga una situación de opacidad y debilita el control político sobre la gestión económica local.
“Controlar no es oponerse —afirmó Gallardo—. Revisar los números es cuidar los recursos del pueblo. Si el presupuesto no se presenta ni se discute, la transparencia y la democracia local quedan en deuda.”
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