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Los hospitales de Salta se preparan para una inminente segunda ola de coronavirus

Con la experiencia del año pasado, buscan evitar que los sorprenda un rebrote.  Todos los gerentes plantearon que es muy probable que las próximas semanas haya un aumento significativo de casos por Semana Santa.  Advirtieron que es probable que ya estén circulando en Salta las variantes del virus.

En un contexto en el que los casos de COVID-19 aumentan de manera lenta y progresiva, circulan variantes más contagiosas y posiblemente más letales- y comienza la temporada otoñal, los hospitales de Salta Capital se preparan para una segunda ola de coronavirus.

Con un año de experiencia y con escenarios nuevos que se presentan, los gerentes buscan tomar decisiones antes de que los sorprenda un nuevo brote con la consecuente demanda de camas de alta complejidad para evitar una saturación del sistema de salud, como ocurrió el año pasado. 

Algunos temen, por lo que sucede en otras provincias, que la situación en Salta sea más crítica que el año pasado.

En algunos hospitales, por ahora, se mantienen los mismos espacios o incluso hay menos porque se desarmaron las instalaciones abiertas en edificios anexos, como en una escuela de la zona sudeste. 

Otros optaron por trasladar el sector COVID-19 a otro lugar para mantener a sus usuarios habituales alejados de las zonas “rojas”. Otros solicitaron al Gobierno provincial que les aumenten el presupuesto para sostener las áreas nuevas de alta complejidad y el personal que se contrató el año pasado. 

Todos los gerentes plantearon que es muy probable que las próximas semanas haya un aumento significativo de casos, sobre todo, luego de Semana Santa, ya que suele haber más contagios luego de los fines de semana largos, en los que muchas personas se desplazan hacia otros lugares o tienen más encuentros con amigos o familiares.

Advirtieron que es probable que ya estén circulando en Salta las variantes del virus que llevaron a colapsos sanitarios en países vecinos, como Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile. Evaluaron que quizás estas variantes no fueron detectadas aún ya que se enviaron pocas muestras para estudiar al Instituto Malbrán.

Señalaron también que se realizan pocos testeos en Salta y en el país en general ya que solo se busca a personas con síntomas, por lo que evaluaron que la cantidad de contagios es bastante más alta de la que se conoce. Así todo, evaluaron que son muchos los casos diarios, con un piso de entre 700 y 800 por semana.

La situación es compleja, en un contexto en el que los hospitales están atendiendo situaciones y patologías que el año pasado no se dieron debido a las restricciones de circulación y al aislamiento social preventivo y obligatorio. 

Tienen un nivel de ocupación alta porque están realizando cirugías programadas que estaban suspendidas, atienden patologías que estuvieron descuidadas desde que empezó la pandemia, reciben a personas afectadas luego de sufrir siniestros viales y detectan patologías respiratorias que el año pasado fueron insignificantes, como el virus sincicial respiratorio, debido al cierre de escuelas.

En estado de alerta

“Nos preparamos con el aprendizaje de lo vivido el último año, buscando no repetir los mismos errores”, manifestó el gerente del hospital Dr. Arturo Oñativia, Marcelo Nallar.

Contó que están en tratativas con el Centro Provincial de Rehabilitación Física para trasladar allí el gimnasio para las personas con factores de riesgo, que actualmente funciona en el segundo piso del nosocomio. Quieren no perder el vínculo con los usuarios y que estén en un espacio donde no haya pacientes con COVID-19.

Si bien todavía se desarrollan tareas programadas, “hay un estado de alerta permanente”, aseguró Nallar y manifestó que evalúan restringir cirugías de manera paulatina, para tener mayor disponibilidad de camas. Contempló que estas decisiones cambian diariamente.

Los próximos días van a comenzar a vacunar contra COVID-19, gripe y neumococo a los pacientes trasplantados. Luego, seguirán quienes tienen factores de riesgo, como personas con obesidad y/o diabetes.

“Los que tienen su patología compensada tienen menos probabilidad de tener un cuadro grave de COVID-19 que aquellos que no lo están”, recordó Nallar.

Desde el Oñativia están en diálogo con el Ministerio de Salud Pública y con el de Economía para que se les aumente el presupuesto. El pedido se debe, sobre todo, a que desde septiembre del año pasado se sumaron 22 camas de alta complejidad a las 12 que ya había. 

“Con el aumento de camas de alta complejidad y el correspondiente aumento de consumo de drogas y de personal, es ilógico pensar que lo vamos a manejar con el mismo presupuesto que el año pasado”, expresó Nallar.    
Si bien en el Hospital Señor del Milagro ven que la situación es estable, piensan que en cualquier momento empezarán a aumentar los contagios.    
La sala para pacientes con COVID-19 está ubicada en un edificio fuera del hospital, con dos salas de 12 camas y dos salas de 6.     
El año pasado, el sector destinado a COVID-19 estaba dentro del ala de infecciosos, igual que en la unidad de terapia intensiva.

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