Comenzó la Novena del Milagro y los fieles llegaron a pesar de las medidas que pregonaron para desalentar aglomeraciones. Muchos adultos mayores y madres con sus hijos.

Hoy comenzó la Novena en honor al Señor y la Virgen del Milagro en su versión surrealista atravesada por la pandemia por el coronavirus. Los fieles llegaron a la Catedral a pesar de las advertencias y recomendaciones de las autoridades sanitarias, políticas y religiosas para mantener el aislamiento contra el incremento de contagios con COVID-19.

Hoy la Plaza 9 de Julio estuvo restringida y se podía observar a los devotos de los Santos Patronos rezando a escondidas en los cajeros automáticos, en la Glorieta y hasta detrás de los árboles de la plaza.

Muchos engañaron a los policías simulando ir a sacar dinero de los cajeros automáticos. Una kiosquera de la plaza, que se quedó sin clientes, manifestó que los retenes agravan la situación de los comerciantes del centro de una manera drástica.

Hasta una mujer ciega que pide limosna en la escalinata de la Catedral se vio afectada por la medida para desalentar la llegada de los milagreros. La imagen del frente vacío de la Catedral, con los lapachos en flor, y con tres hileras de vallas de las mismas que utilizan para los partidos de fútbol y las manifestaciones en la Legislatura, es histórica. 

Por detrás, toda la movida religiosa de venta y concurrencia estuvo centrada en la avenida Belgrano. Porque resulta que la Catedral deja pasar a 120 personas por misas, que algunas vienen con el rezo de la Novena, por lo que en un momento de la mañana se armaron colas de gente amontonadas para poder ingresar. En el ingreso posterior de la Catedral, por los cajeros del Banco Macro, se concentraron las vendedoras de claveles blancos y rojos, los canillitas de diarios y revistas, algunos frutilleros y los que venden estampitas, recuerdos y todo tipo de adminículo vinculado al Milagro.

Dentro del vallado de la Catedral cientos de personas orando. Gente en su gran mayoría adultos mayores, y muchas madres con sus niños. “Los adultos mayores no entienden que no tienen que venir por son población de alto riesgo. Lo mismo quieren entrar y hasta algunos lloraron para que los dejemos entrar. Nosotros a veces nos sentimos impotentes ante un pedido que no entendemos por el riesgo epidemiológico que hay en Salta”, dijo uno de los policías afectado al reducido operativo.

En el resumen, en la plaza 9 de Julio no hay nadie y dentro de la Catedral y en la Belgrano hay mucho amontonamiento.

Para mañana advirtieron que el vallado se reducirá sólo a la plaza 9 de Julio y la recomendación de los efectivos policiales sigue siendo quedarse en casa para rezar por los canales tradicionales de comunicación o por las redes sociales.

Fuente: El Tribuno

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