La Fundación Alfarcito sigue sembrando oportunidades en la Quebrada del Toro para jóvenes que quieren seguir estudios superiores. Necesitan colaboración.

Este es un año con nuevas esperanzas para las becas "Padre Chifri". Nuevos jóvenes de la Quebrada del Toro desean poder estudiar una carrera terciaria o una especialización para superarse y tener conocimientos que les permitan volver a los cerros a trabajar. Es lo que soñó Chifri, el sacerdote que dejó su alma en la quebrada, y que sembró entre los solitarios habitantes del Toro la inquietud de la superación para evitar el desarraigo. Hoy parece que esas semillas florecen.

"En 2021 tuvimos muchas satisfacciones con las jóvenes becarias, cuatro de ellas se recibieron, dos de enfermeras, una policía y una de psicopedagoga. Esto fue un logro de quienes confiaron en ellas y en el programa de becas Padre Chifri de la Fundación Alfarcito", señaló Carlos Figueroa, vocero de la entidad creada por el fallecido sacerdote.

Agregó: "Queremos este año redoblar la apuesta en el estudio y perfeccionamiento de los jóvenes de los cerros, dando la posibilidad de hacer realidad el sueño del Padre Chifri, el de impulsar la educación y el trabajo para desarrollar la economía del lugar".

Con la mirada en el futuro

Este año un número importante de jóvenes están interesados en iniciar sus estudios terciarios, con el apoyo de las becas "Padre Chifri". "Mantuvimos entrevistas individuales con cada uno de ellos, descubrimos un importante interés por perfeccionarse a fin de llegar a tener un título y muestran un gran espíritu emprendedor. Pero para lograr estas oportunidades necesitamos el apoyo y la generosidad de empresas, grupos de amigos o personas que estén dispuestos a colaborar económicamente con el proyecto becas "Padre Chifri" o bien apadrinar a uno de los jóvenes", expresó Figueroa y acotó: "Las becas no consisten solamente en solventar económicamente a cada uno de los estudiantes. Nosotros llevamos un control del rendimiento en los estudios, los ayudamos en necesidades particulares del aprendizaje, solucionamos algún problema de salud, alojamiento o material de estudio".

Figueroa recalcó que "algo que consideramos fundamental es la contención emocional por el cambio de ambiente, ellos vienen de un lugar tranquilo, totalmente diferente al de los centros urbanos. Buscamos que el proceso de adaptación sea armonioso y se concentren en el estudio y no se sientan solos o desamparados, sin la protección familiar".

Plantel de apoyo

En lo que va de este 2022 se logró formar un equipo interdisciplinario para que el programa de becas Padre Chifri siga creciendo, encabezado y coordinado por la psicopedagoga María Olmos, exbecaria de la Fundación, y también por Paula Zapata, exdirectora del Colegio Secundario de Montaña de Alfarcito; Daniel López, miembro del Consejo de Administración y secretario del Colegio Secundario de Montaña de Alfarcito, y Agustina Rosado, directora ejecutiva de Fundación Alfarcito. Cuentan además con el soporte de la psicopedagoga Esther Cornejo, de los miembros del Consejo de Administración de la Fundación, de voluntarios y amigos.

La reunión inicial

La primera reunión con los becarios, jóvenes que terminaron la secundaria y desean continuar sus estudios terciarios apoyados por el programa de las becas "Padre Chifri" de la Fundación Alfarcito, tuvo lugar en la casa de la familia Zannielo, Fernando y Marcela, quienes siempre están atendiendo las necesidades de los jóvenes de los cerros. "Ellos fueron muy amigos del padre Chifri, lo acompañaron desde el inicio de su obra en los cerros y en la actualidad se sienten muy comprometidos para continuar con su obra", comentó Carlos Figueroa.

Contó que "los jóvenes se mostraron muy tímidos en los primeros instantes de la reunión, luego por la calidez de los Zannielo, Agustina Rosado Montalbetti, guía y consejera de los chicos, también la presencia de Magdalena Olmos (quien fuera becaria y ahora trabaja como psicopedagoga apoyando a los nuevos becarios), se fueron soltando e integrándose. Al iniciar la presentación, se les hizo saber que los objetivos que busca la Fundación son: conformar un grupo de confianza en el cual todos estén cómodos, el óptimo desempeño académico de ellos y el trabajo solidario con las familias de los cerros".

Relató: "Cada uno se presentó diciendo su nombre, qué expectativa tenía del grupo, expresar algún rasgo de su personalidad, cuál es la influencia más fuerte en sus vidas y finalmente cuál es el deseo de cada uno para su año. Esto ayudó a que se sintieran más cómodos, y entraran en confianza dentro del grupo. Nos sentamos a compartir unas gaseosas y unos ricos budines, fue un momento donde pudimos mantener una charla distendida, contando los recuerdos vividos con el padre Chifri, las experiencias de ellos en los cerros".

"Desde Fundación Alfarcito queremos, no solamente que ellos estudien y se reciban, también que se sientan acompañados y que el cambio de ambiente sea lo más ameno posible. Los invitamos a todos los que quieran hacer el bien, a sumar su aporte a esta noble causa", finalizó Figueroa.
 

El anhelo de hacer el bien

En su permanente lucha por hacer el bien, tal lo que les enseñó el Padre Chifri, desde la Fundación Alfarcito apelaron a la solidaridad.
“Buscamos la ayuda económica para apoyar los estudios terciarios de los jóvenes de los cerros.
Esperamos que se sumen a este nuevo desafío que estamos dispuestos a enfrentar, sabiendo que obtendremos resultados muy importantes, siempre bendecidos desde el cielo por el Padre Chifri.

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