O nadie movió un solo dedo para investigar el defalco que seguimos pagando del Fondo de Reparación Histórica, o silenciaron a los pocos que quisieron hacer algo al respecto.

Lo llamativo es que no hubo diputados o senadores en ese entonces que pidieran informes al respecto ni miembros de la Justicia que activaran una investigación.

Sin embargo, hubo denunciantes: el diputado Héctor Chibán denunció los millonarios usos de aviones por parte del entonces gobernador, Juan Manuel Urtubey, para hacer campaña política nacional, pero la archivaron antes de ser siquiera llamado a la primera declaración; por su parte, el actual senador pero también exdiputado provincial, Manuel Pailler, presentó un pedido de informe para saber qué obras se estaban realizando en San Martín, pero lo frenaron antes de entrar a mesa de entrada.

Quien estaba al frente de la Cámara de Diputados era Manuel Santiago Godoy, nombre que recayó en la voz de varios diputados que comenzaron a contar que este hombre era parte de la red de impunidad que se armó detrás del Fondo de Reparación Histórica, o, en términos judiciales, partícipe necesario.

Y en el caso de Tartagal particularmente, el “inefable” intendente que estaba en medio de defalco y no dijo ni “mu” fue Sergio el “Oso” Leavy, actual senador nacional con fueros y de cuyo trabajo legislativo lo poco que se le conoce es que viajó a Qatar con amigos y familiares, cuando nadie podía sacar dólares porque el gobierno de Alberto Fernández no permitía sacar; y que se sacó el bigote. 

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