La Fundación Alfarcito salió en caravana a recorrer los cerros de la Quebrada del Toro. Entregaron juguetes y golosinas a los niños, en una emotiva visita entre los cerros. 

Fue como revivir la historia del cuarto rey mago, aquel del que hablan los libros apócrifos. Ese que no pudo llegar al nacimiento en Belén porque en el camino fue ayudando a los pobres, a los hambrientos, a los desprotegidos. Sí: la comparación resulta ideal, porque los tres Reyes Magos llegaron a la quebrada del Toro con los regalos para los chicos, pero entre ellos se podía sentir la presencia del padre Chifri, aquel que siempre evangelizó trabajando por los más humildes.

Y fue así que, siguiendo con la tradición iniciada por Chifri para el día de Reyes, el domingo 5 de enero miembros de la Fundación Alfarcito, amigos y voluntarios conformaron una caravana para acompañar a los Reyes Magos y sorprender a los niños en sus hogares.

Los días previos no fueron alentadores por las intensas lluvias y el estado de los caminos, pero el domingo amaneció con sol y en los cerros el clima fue agradable. Los rastros de las tormentas no impidieron la llegada de la caravana.

Decidieron visitar a las familias que viven en los lugares más alejados y perdidos de los cerros, que por las dificultades del terreno, tiene muy pocas visitas.

Al ver llegar las camionetas los niños se asomaban sorprendidos por tanto movimientos, y al ver bajar a los Reyes Magos la sorpresa fue mayúscula.

“A algunos se les dibujó una enorme sonrisa solo de verlos y qué decir cuando recibieron los regalos. Fue una mezcla de sorpresa y alegría; los niños se abrazaban a los Reyes. Todos quedamos al borde de las lágrimas”, relató un integrante de la caravana.

Los integrantes de la caravana.

“Las reacciones fueron de las más diversas: se escondían por su timidez natural, otros salían a ver los trajes o a jugar con sus regalos. A sus padres se les notaba un rostro de felicidad al ver la alegría de sus hijos”, comentaron.

Los Reyes también entregaron en cada hogar una bolsa con alimentos, que fueron donados por los amigos que compartieron la fiesta de los 20 años de la obra del padre Chifri. Los días previos un grupo de jóvenes voluntarias los seleccionó, separó y armó las bolsas que dejaron para cada familia.“Al retirarnos de cada paraje la postal era la misma: los más grandes saludando con su mano en alto y los pequeños corriendo detrás de la caravana”, dijeron.

Algunos caminos estaban cortados y no pudieron llegar a todos los destinos previstos, pero visitaron a numerosas familias de Puesto Grande, Ingeniero Maury, El Alisal, entre otros.

Chifri, el recordado padre Sigfrido Moroder, buscaba la igualdad de oportunidades y evitar el desarraigo de la gente en esa inmensidad de la geografía puneña. Por eso, acercar una alegría a los niños que allí viven, fue y es el desafío incansable de quienes tienen en sus manos la herencia del cura inolvidable. 

Sí, indudablemente fueron cuatro los Reyes Magos que llegaron para la alegría de los chicos de la Quebrada del Toro, “Chifri” estuvo entre ellos.

Por Maury y El Alisal

La caravana visitó los alejados parajes de la región

En Ingeniero Maury, Mariela Cachambe convocó a los niños de la localidad, quienes esperaban ansiosos la llegada de la visita tan especial. Al ingresar los Reyes Magos, en las caritas se mostraba la sorpresa y alegría de verlos.

Luego continuaron el trayecto hasta El Alisal, donde el Chaqueño recibió a la caravana con los niños del lugar, compartieron un momento de oración en la capilla y luego mostró un hermoso pesebre armado con su familia.

Todos regresaron felices y agradecidos por el cariño recibido, sembrado por el padre Chifri, quien se empeñó en mantener viva la ilusión y dibujarles una sonrisa a grandes y chicos. “Este recorrido se pudo realizar gracias a las donaciones recibidas de gente de Salta y de otras provincias, de ropa, juguetes, golosinas y otros elementos, que siempre nos ayudan para continuar la obra de nuestro querido Chifri” manifestaron.

• Anterior
• Siguiente