A través de una carta difundida por el Partido Justicialista, Alberto Fernández convocó para este domingo 17 de octubre, Día de la Lealtad peronista, una masiva movilización a distintas plazas del país.

“El domingo 17 es el Día de la Familia. Celebremos. Y por la tarde a partir de las 16, ahora que podemos, movilicémonos a todas las plazas para conmemorar esa gesta popular extraordinaria que fue el 17 de octubre de 1945. Hagámoslo en paz y unidad, celebremos en familia como todos los ciudadanos y respetando los protocolos que este momento nos impone. Que los músicos lleven su música, los poetas sus poemas, los protagonistas de las luchas sus recuerdos. Transformemos esto en una verdadera fiesta de la democracia”, dice la carta, que lleva la firma del Presidente.

“Recordemos aquel 17 de octubre pero sobre todo estemos muy unidos para construir entre todos y todas un futuro mejor”, concluye el texto.

Esta convocatoria implica un cambio de dirección respecto de la decisión inicial del Gobierno de sumarse a la movilización de la CGT para el día siguiente. Esta misma semana, en una reunión con los líderes sindicales, Alberto Fernández había definido que la única marcha por el Día de la Lealtad sea la que convoca la CGT.

La decisión generó un nuevo foco de tensión entre el Presidente y los sectores más duros del kirchnerismo, que rápidamente manifestaron su desacuerdo.

Uno de los que alzó la voz fue el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense y líder de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, que confirmó que el domingo estará en la Plaza de Mayo para celebrar el 76 aniversario del Día de la Lealtad peronista.

Algo más temprano, la titular de la asociación de Madres de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini se despachó con fuertes críticas hacia el Presidente: “Es una vergüenza que el Gobierno haya suspendido la marcha. Lo que pasa es que a Alberto Fernández le gusta estar con los ricos y con los gordos”.

Que un dirigente de peso como Larroque manifieste públicamente su desacuerdo con la suspensión del acto solo desnuda el malestar interno de La Cámpora con esta determinación del mandatario.

En las últimas horas, referentes territoriales de la provincia de Buenos Aires habían comenzaron a expresar su intención de movilizarse pese a la negativa de la Casa Rosada. “Hay muchos que se sienten identificados con el pensamiento de Larroque, creemos que va a tomar volumen”, señalaron a este medio.

Cerca de los principales dirigentes de La Cámpora mencionaron que desde el Gobierno se debe bajar un mensaje de “coherencia”. Y creen que no se le puede pedir a la militancia que vaya a buscar el voto casa a casa y luego se le impida marchar.

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