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Provinciales

Manifiesto y reflexión por el 24 de Marzo: Por Ernesto Bisceglia

Algunos medios locales y no pocas personas me han pedido alguna reflexión sobre el 24 de Marzo, mal llamado "Día de la Memoria", tal vez, de la "Mala Memoria", porque una Memoria sana significa una historia completa, no retazos y un menjunje de "Cute and Past". 

¿Tiene algún sentido escribir sobre algo que no es honesto? Pienso que no. ¿Por qué no sería honesto? Porque así cómo los miles que marchaban en manada hoy por el centro, cegados a la verdad histórica y a toda otra, porque aquellas pobres gentes caminaban por unos mendrugos, portando pancartas cuyo significado no entienden, de la misma manera, intentar exponer la verdad de los hechos en un escrito sería tan tijereteado como el relato que cuentan sobre lo que realmente pasó. 

Podría decir que pienso que las Fuerzas Armadas JAMÁS debieron incursionar en la política. Desde 1930 el expediente de desalojar gobiernos constitucionales para "salvar al país" terminó en un desastre mayor. NINGÚN gobierno militar pudo arreglar lo que supuestamente venían a restaurar. Desde "Von Pepe" Uriburu hasta Videla, todos fueron, desde el punto de vista de la ley, facciosos y delincuentes que violentaron el Libro Laico más sagrado para un ciudadano: la Constitución Nacional. 

Ahora, sobre esta fecha, ¿Saben que fue el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón el que ordenó por decreto "Aniquilar a los terroristas por cualquier medio que sea". Si no lo saben, lo esconden. 

¿Saben que el foco ígneo de la violencia de aquellos años lo inició el peronismo para dirimir sus cuitas internas entre la ultra izquierda y la ultraderecha peronistas?

¿Saben que fue el ministro de bienestar social de Isabel Perón, el brujo umbandista, José López Rega, el que inició la primera represión desde el Estado a través de las Tres A (Alianza Anticomunista Argentina? 

¿Saben que los Montoneros, de origen en la Acción Católica Argentina (Firmenich, Vaca Narvaja, etc.) se fusionaron luego con el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) de ultraizquierda, castrista-maoista, para derribar al gobierno de Isabel Perón?

¿Saben que fueron estos "jóvenes idealistas" los que a diario, y repito y exalto -A DIARIO-, mataban policías, militares, ciudadanos comunes, como aquella madre que salía del banco con su hijita y tantas otras? Que secuestraban empresarios, periodistas, funcionarios, los encerraban en las cárceles del pueblo como llamaban a los inmundos sótanos, los torturaban y los asesinaban. 

¿Saben -porque yo lo vi- que a plena luz del día transitaban por las avenidas de Buenos Aires con las armas fuera de la ventanilla buscando un policía de consigna para asesinarlo, quitarle la placa y el arma y así subir de rango dentro de la organización?

Tampoco deben saber de los terribles problemas socio-económicos del momento que hicieron que el PUEBLO comenzara a congregarse desde el 20 de marzo de aquel 1976 frente a la Casa Rosada pidiendo la renuncia de Isabel y la llegada de los "milicos". 

Tampoco deben saber que el paso de los tanques era aplaudido por los ciudadanos en las calles de todo el país. Porque todos los golpes militares contaron con el aval mayoritario del pueblo argentino. 

Ahora bien. Ningún argentino bien nacido puede aprobar la metodología aplicada por el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. El secuestro, tortura y asesinato clandestino de personas es un acto abominable e imperdonable. Como fueron todos los que cometieron antes los "jóvenes idealistas". 

Los militares tuvieron miedo de cargar con el costo político de los 7.000 nombres que sabían que había que eliminar. Luego vino el cuento de los 30.000. Pero la cosa no pasa por la cantidad, porque UN SÓLO ARGENTINO que hubiera sido "chupado" ya es inaceptable y condenable. 

Los europeos tuvieron dos guerras mundiales en 50 años que causaron masacres, donde hubo aberraciones indecibles. Con MILLONES de muertos. Pero cincuenta años más tarde esas mismas naciones estaban entre las diez primeras de la Tierra. Hoy en Italia o en Alemania (porque lo vimos) se habla de aquello como un hecho de la historia, pero se piensa cincuenta años hacia adelante. 

Aquí, en este pobre país, saqueado por vendepatrias y cipayos, se utiliza la historia para continuar chapoteando en el pasado. Y eso ocurre porque no hubo JUSTICIA cierta y porque el pueblo es ignorante y no sabe de historia. Tampoco le interesa saberlo.

¿Qué sentido tiene continuar dividiéndonos por fantasmas?. Los que fueron asesinados ya no están y no pocas de sus familias fueron compensadas con jugosas cantidades de dólares. Los que asesinaron, tampoco están. 

Y de esos miles que marchan hoy, sólo unos pocos saben del dolor de la desaparición, de la angustia y de la bronca irreprochable que sienten. El grueso va porque le pagan. No hay recogimiento en un día de memoria sino vacaciones pagas. 

Deberá pasar esta generación -la nuestra-, la que vivió los hechos, la vio las armas y los muertos para que el alma del país se sane. Será al fin de cuentas la propia historia, la que dentro de unos 50 años haga la exégesis necesaria y diga algo que se cacarea mucho pero que no se cumple: LA VERDAD.

Por eso, no tiene sentido escribir sobre este feriado tan abzurdo.

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