En una época donde la esperanza está en bancarrota, la política “necesita generar ilusión” dice el escritor mexicano Juan Villoro. Sin embargo, en Salta, la política parece alejada de ese consejo y las encuestas marcan el ritmo en un escenario por momentos impredecible de cara a las próximas elecciones.

El pasado lunes, desde el oficialismo provincial, se encargaron cuatro mediciones -a compañías de Salta, Buenos Aires y Córdoba- con el principal objetivo de conocer a sus dirigentes mejores posicionados y empezar a tomar decisiones sobre posibles precandidaturas.

“Se trata de encuestas cuantitativas y domiciliarias en diferentes puntos de la provincia para medir escenarios provinciales y también nacionales a partir de la candidatura presidencial de Juan Manuel Urtubey”, dijo uno de los encuestadores a LA GACETA.

Pero este fenómeno no se observa solamente en el espacio que encabeza actualmente el Gobernador de Salta. En la vereda contraria, Alfredo Olmedo y Gustavo Sáenz recurrieron a la misma herramienta para definir la conformación de la fórmula y la estrategia del principal espacio opositor.

Ambos casos demuestran que los espacios políticos con mayor peso electoral de la provincia están incapacitados para elegir a personas que puedan encabezar este proceso por peso político propio.

En el oficialismo, cinco dirigentes (Miguel Isa, Fernando Yarade, Javier David, Carlos Parodi y Lucio Paz Posse) se anotaron en la carrera para suceder a Juan Manuel Urtubey en la gobernación pero, a poco menos de dos meses de definir candidatos, ninguno supo erigirse como “heredero natural”, ni reúne la cantidad de respaldos necesarios. Para todos ellos las próximas horas resultarán claves porque el resultado del estudio se conocería el fin de semana y en base a esto se dilucidará uno de los grandes enigmas.

Eso parece estar un poco más claro en el bando adversario, donde la principal lucha se desencadena por la vacante que dejará Sáenz en la intendencia de la ciudad de Salta.

“Definir un candidato solo a través de encuestas es arriesgado y no tener encuestas al momento de lanzar una candidatura también resulta arriesgado”, aseguró el consultor en comunicación política Juan Courel.

En diálogo con este medio, el profesional indicó que resulta positivo para un candidato “tener un mínimo registro de sus posibilidades reales”, pero remarcó que las encuestas no son una verdad absoluta sino “una aproximación” a lo que siente y piensa el electorado.

“Creer que uno puede decidir armados políticos solo a través de encuestas en vez de acción política es erróneo”, enfatizó Courel.