Guillermo Pastrana sufre una parálisis prácticamente total. Vive con su tía de 80 años, quien padece hipertensión y problemas cardíacos. “No puedo verlos de esta manera, totalmente abandonados”, expresó un vecino.

Guillermo Pastrana (54) se encuentra postrado desde hace más de 45 años. Su cuerpo sufre una parálisis prácticamente total, tras una operación que salió mal cuando tenía tan solo 7 años. La intervención buscaba reparar una dolencia gastrointestinal, pero lo dejó paralítico. Estuvo en coma 6 meses, hasta que un día despertó. Vive en la ciudad de Rosario  de Lerma junto a una tía Ilda, de 80 años, a quien también la aquejan una serie de dolencias. Ella, antes podía atenderlo en las cosas básicas, pero ahora se ve imposibilitada de hacerlo. La hipertensión y los problemas cardíacos se lo impiden. 

Hace tres años, Guillermo comenzó a recibir atención domiciliaria del PAMI, lo que mejoró notablemente su calidad de vida, ya que no puede valerse por sí solo. “Su dependencia es total. Sin embargo, en diciembre del año pasado la obra social de los jubilados y pensionados dejó de brindarle el servicio”, contó Rodrigo Morales, un allegado a la familia. Dijo, además, que desde ese momento tuvieron que hacer una y otra vez los trámites, a través de un pariente, para que le restituyan el servicio. Pero los esfuerzos cayeron en saco roto. Tres veces le fue denegada esa posibilidad y hoy, tanto Guillermo como su tía octogenaria se encuentran abandonados a su suerte. 

Morales relató: “Un pariente les hizo los trámites en el PAMI Rosario, pero no hubo caso. Lo mandaron a la central de la ciudad de Salta, donde tampoco consiguió las autorizaciones. Les pidieron que cambiaran de médico y lo hicieron. Pero tampoco hubo caso. Dijeron que el tema de los papeles pasa por Buenos Aires”. Precisamente, este vecino solidario es enfermero de profesión y les brinda gratuitamente controles periódicos, mientras un sobrino los visita una vez por semana. Sin dudas, a pesar de las buenas intensiones esto no alcanza. “No puedo verlos de esta manera, totalmente abandonados. Necesitan medicamentos, atención. Por su estado de salud, la abuela no puede ni cocinar, mucho menos bañar a Guillermo”, se lamentó.

De acuerdo al organismo nacional, la internación domiciliaria integral está destinada a otorgar prestaciones médicas de rehabilitación para personas afiliadas que cursen una patología en período agudo, o subagudo y que requieran un abordaje multidisciplinario para transitar la recuperación en su domicilio. 

El caso de Guillermo es crónico, puesto que nunca podrá recuperarse. De necesitar otro tipo de prestación del PAMI, debería ser asesorado. 

Los días pasan, mientras la calidad de vida de Guillermo y de su tía Ilda se deterioran, ante la apatía de los organismos municipales, provinciales, nacionales y sanitarios, cuyas oficinas se encuentran a pocas cuadras de su hogar. 

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