Entrevista con Carlos Folloni, Intendente de Campo Quijano.

En diálogo en El Tribuno, el intendente de Campo Quijano, Carlos Folloni, adelantó que en el municipio por el momento no habrá “horas recreativas” y que mantendrán la cuarentena tal como lo vienen haciendo desde el primer día. Dijo, además, que gestionó ante el Senado provincial ayuda para los pequeños empresarios hoteleros, hostales y cabañas, quienes soportan elevados costos fijos en medio de una paralización total. 

¿Campo Quijano abrirá la cuarentena con horarios para salir a caminar o correr?

Los vecinos desde un primer momento se acogieron a las medidas preventivas, en el marco de la cuarentena obligatoria dispuesta a nivel nacional para prevenir la expansión del COVID-19. La comunidad cumple con los protocolos. Nosotros entendemos también las ansiedades que se generan por querer salir, ya que va pasando el tiempo y esas limitaciones comienzan a sentirse profundamente. Pero nosotros como localidad decidimos seguir con la cuarentena tal como venimos haciendo desde el día uno, sin horarios para salir. No queremos correr riesgos y estamos completamente convencidos que la salud de la gente es la prioridad. De todos modos, el vecino hace sus compras de alimentos, va a los lugares de pago de haberes los días correspondientes y todas esas cuestiones esenciales.

La localidad cuenta con una extensa geografía. ¿Cómo hacen para atender las necesidades de la Quebrada?

El normal funcionamiento de la comuna se siente a causa de las exenciones, que por edad y otros factores limitan la cantidad de personal con el que contamos. Pero hacemos grandes esfuerzos para cubrir todas las áreas.

Campo Quijano tiene un gran número de comunidades distribuidas en la extensa geografía de montaña de la Quebrada del Toro. En ese sentido, por ejemplo, sale todos los días a las 7 una camioneta desde la Municipalidad llevando encomiendas hacia los diferentes parajes. Muchos familiares y allegados envían así bultos, mercaderías, ropas y otros enceres a la gente que vive en las comunidades lejanas, sin costo alguno.

¿Han avanzado en cuanto a medidas de desinfección?

Precisamente, colocamos esta semana la primera cabina de desinfección del Valle de Lerma. Se encuentra ubicada en el sector de acceso al edificio municipal. El artefacto fue donado por una empresa comercializadora tucumana. También instalamos las denominadas “duchas de desinfección” para vehículos. Dos de ellas se encuentran en la ruta nacional 51 y otra en la ruta provincial 36. Estas “duchas” permiten, mediante un vaporizador de fluidos, desinfectar autos, camionetas, camiones, de manera automática, tanto el sector de techos, como abajo y los laterales. De esta manera sumamos medidas preventivas tendientes a proteger a la población del coronavirus. 

Algunos municipios se han mostrado interesados en estas cabinas, como es el caso de Tolar Grande que nos ha solicitado dos unidades.

¿Tuvieron casos de repatriados?

Tenemos el caso de trabajadores “golondrina” procedentes de La Rioja y San Juan, quienes se encuentran cumpliendo con la cuarentena en un hostal. Se trata de siete personas. Otras tres llegaron desde Buenos Aires. Estas últimas se encuentran alojadas en la Casa del Cura Brochero y aisladas completamente, debido a que llegaron de un lugar de alto riesgo. En esas instalaciones también tenemos otros tres vecinos que arribaron hace algunos días desde Tucumán. 

Hay quijaneños que nos han manifestado que quieren regresar desde otras provincias. Estamos evaluando la manera de que lo hagan en vehículos particulares.

Quiero resaltar que vamos a ocuparnos de que todos cumplan con la cuarentena de rigor y de acuerdo a los protocolos establecidos, para tranquilidad de esas mismas personas, de sus familias y de toda la comunidad.

En un pueblo esencialmente turístico, ¿cómo golpea el tema de la cuarentena?

La situación es muy compleja y nos golpea fuerte. Precisamente esta semana concurrí al Senado de la Provincia para gestionar ayuda para los pequeños empresarios hoteleros, hostales y cabañas, que atraviesan momentos muy difíciles. Esta gente está pagando impuestos, el servicio de luz como categoría comercial, etc. Se trata de montos muy altos y no están trabajando absolutamente nada. 

Se les hace muy difícil seguir adelante en estas condiciones y con costos fijos tan elevados. Hay que buscar la forma de alivianar el peso que sobrellevan.

Por otra parte, también continuamos con los controles de precios en los comercios de venta de alimentos a fin de evitar abusos.

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